
Lo que a otros toma días, él asegura que puede resolverlo en horas.
HERMOSILLO, Sonora.- La reparación de electrodomésticos es algo que Benito Espinoza Portillo lo considera como un “don que Dios le dio”, pues sin saber nada de electrónica y electricidad, se convirtió en todo un experto hace poco más de ocho años y cuenta con su propio taller en la colonia Altares.
Hay que buscar siempre de ubicarse en un trabajo, en lo que más les guste y si les gusta esta línea, pues hacerla con todo el respeto y con todo el cariño que se pueda, es la única manera de poder alcanzar el éxito”.
El hombre de 73 años de edad, toda su vida la dedicó a trabajar en empresas importantes en el País, pues aseguró, fue director de compras de Mexicana del Cobre, de Altos Hornos de México, de Aceros del Fuerte, en Los Mochis, Sinaloa.
Pero por azares del destino, Benito dejó de laborar en la industria y decidió abrir un negocio dedicado a la venta de refacciones y autopartes, y por diez años fue distribuidor oficial de la marca de aceites para motor Quaker State.
“Después cambiaron las políticas y me quitaron la distribución y de ahí me dio a abrir un bazar. Al principio iba a Estados Unidos, pero puro mugrero encontraba, entonces opté por relacionarme con las empresas aquí, con las mueblerías, almacenes y empecé a comprarles lotes y ahí me hice realmente de capital”, relató.
Durante algún tiempo, agregó, se dedicó a la venta de refrigeradores, estufas y lavadoras, y al mismo tiempo se aventuró a la reparación de aparatos electrodomésticos, y aunque confesó que no tenía ni idea de lo que hacía, modestamente resaltó que su habilidad e inteligencia le ayudaron a sobresalir en ello.
“No más empezando con cualquier cosita así, que la gente me conocía que yo arreglaba, no tenía la capacidad para agarrar tanto (trabajo) y en realidad, la gente comenzó a tener confianza y ahora soy el que les saca de los problemas aquí en el barrio.
«Tengo ocho años con el taller, y ahora viene gente de Pueblitos, viene gente de la Pitic, viene gente de donde quiera, soy muy reconocido, gracias a Dios”, aseveró.
OFICIO EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Benito Espinoza Portillo confesó que no tiene el gusto de conocer colegas, personas que se dediquen a lo mismo, y es una situación que le entristece, pues los talleres de reparación de electrodomésticos prácticamente desaparecieron, pero a su vez le agrada, ya que por esa misma razón tiene más trabajo.
“Este ramo prácticamente se ha acabado, ya no existe y a mí me gusta, tengo mi horario y realmente lo hago con gusto.
«Todo se puede arreglar, yo te reparo una licuadora en 10 ó 15 minutos y antes, ibas al Centro y tardaban hasta una semana. El microondas lo reparo en una hora, y mucha gente no sabe que sus aparatos tienen arreglo y los tiran, prefieren no batallar”, señaló.
Benito es experto en la reparación de licuadoras, abanicos, microondas, planchas para la ropa y para el cabello, cafeteras y casi todo lo que el cliente le pida, como así lo comentó, y su negocio ha sido tan noble que también se dedica a la venta de estos mismos aparatos para el hogar.
Explicó que todos los electrodomésticos que tiene en su taller son de su propiedad y son producto de los lotes que compra a los grandes almacenes y mueblerías con supuestos defectos, pero aseguró que son mínimos o casi nada, los repara y quedan como nuevos.